Este post está dedicado a mi amigo Juan-i o “Tristán” en agradecimiento a todo lo que en estas dos últimas semanas ha hecho por mí. Por tu nobleza de espíritu y de corazón, y por tu manera siempre desinteresada de actuar, bien te merecerías lucir las mismas armas que el de Leonís.
Seguramente todos los que leéis este tedioso blog sabéis que Tristán de Leonís, hijo del rey Méliadus de Leonís y sobrino de otro rey, Marke de Cornualles, fue miembro de la afamada Orden de la Tabla Redonda fundada por el rey Arturo Pendragón. Planteo sus armas como príncipe y caballero en esta entrada según las describe Michel Pastoureau en su Armorial des chevaliers de la Table Ronde. Eso sí, en este diseño dejo las formas medievales que serían propias de tales armas y me recreo componiéndolo a la “dieciochesca” por puro placer.
De sinople un león de oro armado y lampasado de gules. Por cimera la cabeza de un león de oro, que yo sumo a un yelmo de príncipe, dada la condición de hijo de rey del noble caballero que protagoniza este post. Añade que lleva por soportes dos leones de oro y por divisa “C’est pour Ysout” (Isolda).
La leyenda seguro que todos la conocéis, aunque hay que tener en cuenta que son muchas las versiones clásicas y contemporáneas que se pueden encontrar de ella desde su aparición allá por la Edad Media hasta nuestros días. ¿Y de la ópera de R. Wagner “Tristan und Isolde” qué me decís?
Sirva este post también para mostrar otra versión de estas armas a la recientemente ofrecida en el blog “Dibujo HERÁLDICO” y que recomiendo a todos aquellos que quieran familiarizarse o aprender sobre la ciencia del blasón.