Si pudiese disponer de unos segundos al lado de tu yacente cuerpo helado, contemplaría tu joven piel ajada por el esmerado trabajo de las pacientes larvas, y tu carne carcomida sin piedad por la podredumbre, y podría respirar el olor rancio y empalagoso de tu descomposición llenando con su esencia mis pulmones...
Si pudiese disfrutar de ese pequeño instante, acariciaría tus cabellos aún claros pero hediondos, y así te liberaría para siempre de las profundidades de mi vesania en donde te retengo contra mi voluntad.
[No estoy allí...