31 de diciembre de 2009

De cómo en una lejana Noche Vieja, una corbata "prestada" le cambió la vida

Las corbatas no sólo sirven para anudarse en el cuello, también sirven para estrechar vínculos impensables.
Tenía que decirlo, aunque ya todo esté perdido.


Y ya han pasado muchos años.

28 de diciembre de 2009

14.000 niños inocentes degollados

Nada dice la historia sobre la matanza de niños ordenada por el rey Herodes en Belén, lo cual no ha impedido que algunos grupos religiosos se hayan atrevido a calcular el número de víctimas de aquel supuesto infanticidio. Los etíopes en su liturgia y los griegos en su calendario hablan de 14.000 niños degollados, cosa que nadie, ni en el campo religioso ni en el histórico, se atreve a confirmar. Pero eso no importa demasiado, pues la creencia no necesita apoyos históricos. Pero estoy seguro que si aquella matanza se hubiese llevado a cabo, no fueron tantos los niños muertos, porque de ninguna manera podía haber esa cantidad de criaturas menores de dos años en Belén, aunque sin ir más lejos, en la catedral de València se conserva un relicario con "un niño inocente de los que mandó degollar el rey Herodes". Igual fueron 14.000 y uno de tantos vino a parar aquí. Bromas aparte, creo que no deberíamos cargarle al rey Herodes este suceso injustificable. Desde luego, méritos no le faltan, porque hizo matar a dos de sus esposas y a tres de sus hijos. Su mala fama debió de ser tal que dicen que el emperador Augusto dijo que "valía más ser cerdo que niño en casa de Herodes".
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No obstante, la leyenda podría estar fundada en el hecho de que en el año 7 a.C. hizo estrangular a sus hijos Alejandro y Aristóbulo tras descubrir que uno de ellos conspiraba contra él.
Para Weddig Fricke, autor de El juicio contra Jesús, este hecho pasó a la memoria popular como la matanza de los inocentes, convertida luego, exageradamente, en un degüello masivo.
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Cuando mis compañeras/os o yo mismo estamos atendiendo las urgencias pediátricas, y los niños son tantos que nos desbordan -cosa bastante frecuente en esta estación del año-, solemos decir: "¡Llamad al rey Herodes!"
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20 de diciembre de 2009

15 de diciembre de 2009

Un lugar único

No es ninguna postal. Es la masía del muy querido amigo Ramon M., en un día como hoy. La nieve embellece un lugar siempre mágico.

¡Salud Ramon!


Imagen: Ca'n Roig, comarca de La Costera, València x Ramon M.

9 de diciembre de 2009

"El año pasado en Marienbad"

No hace mucho escribí una pequeña reseña sobre la película (y la novela) El desierto de los tártaros. Hoy, y con ocasión de haber adquirido un pequeño grabado de 1850 (¡y tan pequeño! sólo mide 6 x 7 cm., aunque siempre podéis agrandarlo pinchando sobre la imagen), pero que a pesar de su tamaño me atrajo desde el momento en que lo descubrí. Se trata del balneario de Kreuzbrunner, en Marienbad, Bohemia -hoy Mariánské Láznĕ, en Chequia-. Así que de nuevo me atrevo a sugeriros que veáis el film franco-italiano del director Alain Resnais, El año pasado en Marienbad, realizada en 1961. Supongo que este tipo de cine, no es el que más pueda gustar al público en general, pero sin duda, merece la pena ver -la fotografía es espectacular- esta película; que además, fue galardonada ese mismo año, en el Festival de Venecia, con el León de Oro. No voy a contaros de qué va, no me gusta destripar las películas, simplemente os trascribo la crítica que hizo Augusto Torres, para el diccionario Espasa: "Fascinante y desconcertante película sobre la que se deja sentir el paso de los años. A medio camino entre la realidad y el sueño, el documental y la ficción, peculiar alegoría sobre la muerte".
Si la habéis visto, me daréis la razón, y si la veis después de haberme leído, seguro que os parecerá “fascinante y desconcertante”.


Imagen: grabado del balneario de Kreuzbrunner, en Marienbad. 1850. Otro más para la colección de Dissortat

8 de diciembre de 2009

Por los amigos lectores de todo mi mundo

Muchos sabéis que la historia y la geografía -y si no lo sabíais os lo digo ahora-, son dos de mis grandes aficiones. Pues bueno, hoy mientras repasaba el blog, entré en esa útil herramienta que nos permite ver como va pasando la gente por nuestros cuadernos de bitácora, y esos mapas con banderitas que me atraen tanto. Al ver ese planisferio terrestre esta mañana, no he podido resistir la tentación de imprimir la pantalla y hacer lo que veis más abajo. Son muchas las banderas que adornan la geografía mundial de esos mapas recortados -algunas semanas hay más banderas y otras menos-, y todas esas coloridas insignias vexilográficas, están ahí gracias a todos vosotros, que desde muchos pueblos, ciudades y países; pasáis por este bosque de la Larga Espera, alimentando mis ganas de escribir, o incluso de hacer fotos. Hace poco se habló de cual era el motivo por el que escribíamos los blogueros; y todas esas preguntas nos las hicimos en esta entrada del blog Casiopea 19, y como ya comenté allí, escribimos por todo eso que la autora cuestiona. Y hoy creo que me he dado cuenta de que uno de los motivos más importantes, es escribir para vosotros.
Comprobar lo que consultáis, lo que leéis, es muy alentador, pues parece ser que mis entradas os sirven para algo; tanto las que puedan tener un interés divulgativo, como las de mis experiencias personales, o simplemente aquellas que reflejan mis pensamientos, mis inquietudes, mi estado de ánimo, mis alegrías, mis penas. Todo eso que me apetece expresar, y compartir...
Gracias, lectores anónimos, por proporcionarme la alegría de saber que mis palabras llegan a muchos lugares del mundo.











5 de diciembre de 2009

Equidna, víctima de la intolerancia

Hay un viejo mito de los antiguos griegos, que dice que en unas lejanas tierras de Ásia Menor, se ocultaba en una caverna, la temida y terrible Equidna. Era hasta cierto punto lógico que se ocultase, pues era rechazada por los demás, por ser distinta a ellos. De cintura para arriba era mujer, y algunos afirman que muy hermosa, pero la parte inferior de su cuerpo era una enorme cola de serpiente.


Desde muy pequeña, decidió alejarse de todos, porque los niños se reían de ella. “Equidna la víbora”, la llamaban, y por la noche la pequeña Equidna lloraba desconsoladamente. Cuando creció, pensó que lo mejor sería aislarse de todos para que nadie la viese, y se fue para ocultarse en una caverna.

Pero, y esto no lo sabía Equidna, como tampoco algunos humanos; el aislamiento no es bueno para nadie. El ser humano necesita comunicarse, hablar con los demás. El silencio y la soledad no son sanos, y fueron despertando el rencor y el odio en ella. Un día, cuando un campesino pasaba cerca de su oscura morada, Equidna, salió muy furiosa de su cueva y lo mató.

Le sorprendió descubrir lo verdaderamente fácil que era matar a un hombre, siendo como ella era; y desde ese día, cada vez que alguien se acercaba a su caverna, ella lo mataba y lo devoraba. La fama de Equidna aterrorizaba a todos, pues se extendió hasta el ultimo confín del mundo. Llegó a tan recónditos lugares, como a este bosque, llamado de la Larga Espera.

Con los años todos habían olvidado a aquella niña sensible, que a pesar de tener cola de serpiente, lloraba cuando los demás se burlaban de ella, y huían porque era diferente. Ahora, Equidna, simplemente era una asesina.

3 de diciembre de 2009

Velas. Sólo un poema

Velas.

Frente a nosotros,
como una fila de velas encendidas,
-radiantes, cálidas y vivas-
están los días del futuro.

Los días del pasado son
esas velas apagadas.
Las más cercanas todavía humeantes,
las más lejanas encorvadas, frías,
derretidas.

No quiero verlas. Me entristece
recordar su brillo.
Frente a mí miro las velas encendidas.

No quiero mirar hacia atrás y asustarme:
cuán rápido la negra fila avanza,
cuán rápido las velas apagadas crecen.

Konstandinos Kavafis