Esta noble señora (la para mí mal llamada Juana la Beltraneja), que no pudo ser reina de sus reinos por la codicia de su tía Isabel I la Católica (para mí la Usurpadora), tratando de evitar una guerra, escribió en una carta a sus ciudades y villas: «Luego por los tres estados de estos dichos mis reinos, e por personas escogidas dellos de buena fama e conciencia que sean sin sospecha, se vea libre e determine por justicia a quien estos dichos mis reinos pertenecen; porque se excusen todos rigores e rompimientos de guerra.»
"A Excelente Senhora" como se la conoció en Portugal, de donde fue reina por matrimonio, parece que se hubiera inspirado en el Compromiso de Caspe para evitar el derramamiento de sangre que supuso la Guerra de Sucesión Castellana y que duró entre 1475 y 1479.
Real de Alfonso V de Portugal, con las armas de su reino y las de su esposa Juana I de Castilla
6 comentarios:
Triste vida tuvo la pobre de su tierna infancia.
Saludos.
En que corte no hay intrigas de poder??...
Saludos Dissortat. Interesante homenaje
Un personaje muy maltratado y mal tratado por la historiografía imperial oficial: la verdadera heredera.
Un saludo.
Sin duda, y por línea directa dinástica era la legítima Reina (salvo que los rumores respecto a la paternidad de Enrique IV fueran ciertos)...¿quién sabe como hubiera transcurrido la historia de los reinos hispanos de reinar la primera "Juana I".
Un saludo
Caramba, Jordi. Me has soprendido con esta entrada. La carta, vista con el tiempo, tiene una carga dramática que probablemente también tuviera en su presente. Me ha gustado.
Conocidos es y lamentable que la historia la escriben los vencedores.
Salut.
Sé que es absurdo preguntarse qué hubiera podido pasar sobre algo que nunca pasó; pero es difícil escapar a la tentación de imaginar que, quizás, la historia del mundo hubiera sido completamente distinta si la corona castellana hubiera sido finalmente para doña Juana, y más en una época donde el destino de las naciones lo podía marcar una simple boda. Me parece muy interesante la numismática, me asombra todo el significado que se puede descubrir en una pieza de metal. (En casa tengo una copia falsa de una dobla castellana de Enrique IV, y no me canso de mirarla...). Una forta abraçada, Dis.
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