Me hice la promesa de no hablar del trabajo en este espacio, y que si alguien se molesta en leer sabrá que lo ocupo para cosas más personales o que me interesan mucho más que el curre. Hoy, sin embargo, no puedo evitarlo. Perdonadme por ello.
A lo largo de los años te vas dando cuenta de que poner gran interés en el trabajo que realizas, no te reporta básicamente ningún beneficio “espiritual”, solo el material al final de mes. Ese desinterés, por llamarlo de algún modo, es consecuencia de observar día a día a las “compañeras/os” que como yo, cada vez se esfuerzan menos y que se recurre a la muy extendida Ley del Mínimo Esfuerzo, salvo excepciones, claro está, donde no me incluyo, por cierto. Es francamente triste tener que escribir esto, pero es la pura verdad. Además, si se trabaja con un equipo numeroso de gente, como es mi caso, la labor individual queda diluida en la labor colectiva, así nadie es "culpable" y lo somos todos. Algo a remarcar es que el trabajo está bien hecho en un 99% de los casos. No hacemos remolones, pero no irresponsables.
Este rollazo que os estoy soltando, viene a cuento porque ayer hice una tarea que no me correspondía. Esperaba que la persona que tenía que hacerla acudiese a mi llamada. Como tardaba más de la cuenta, y no sé muy bien el motivo, aunque lo imagino, pues me cansé de esperar, así que hice su trabajo. Resultado de ello: pues que hoy funciono a base de analgésicos y antiinflamatorios; y no será solo hoy, serán unos cuantos días más. ¡Ah! Y con el agravante de no poder cogerme la baja laboral para no tener que pringarle esta noche a otro “compañero/a”. ¡Considerado que es uno, joder! Veremos si mañana puedo permitirme siete o diez días para hacer reposo y recuperarme.
Estoy convencido de que la sanidad pública es buena, por mucho que el usuario se queje; pero las condiciones de trabajo no mejoran, los incentivos son pocos, la falta de personal es evidente; y como he dicho al principio, la desgana es cada vez más generalizada.
A lo largo de los años te vas dando cuenta de que poner gran interés en el trabajo que realizas, no te reporta básicamente ningún beneficio “espiritual”, solo el material al final de mes. Ese desinterés, por llamarlo de algún modo, es consecuencia de observar día a día a las “compañeras/os” que como yo, cada vez se esfuerzan menos y que se recurre a la muy extendida Ley del Mínimo Esfuerzo, salvo excepciones, claro está, donde no me incluyo, por cierto. Es francamente triste tener que escribir esto, pero es la pura verdad. Además, si se trabaja con un equipo numeroso de gente, como es mi caso, la labor individual queda diluida en la labor colectiva, así nadie es "culpable" y lo somos todos. Algo a remarcar es que el trabajo está bien hecho en un 99% de los casos. No hacemos remolones, pero no irresponsables.
Este rollazo que os estoy soltando, viene a cuento porque ayer hice una tarea que no me correspondía. Esperaba que la persona que tenía que hacerla acudiese a mi llamada. Como tardaba más de la cuenta, y no sé muy bien el motivo, aunque lo imagino, pues me cansé de esperar, así que hice su trabajo. Resultado de ello: pues que hoy funciono a base de analgésicos y antiinflamatorios; y no será solo hoy, serán unos cuantos días más. ¡Ah! Y con el agravante de no poder cogerme la baja laboral para no tener que pringarle esta noche a otro “compañero/a”. ¡Considerado que es uno, joder! Veremos si mañana puedo permitirme siete o diez días para hacer reposo y recuperarme.
Estoy convencido de que la sanidad pública es buena, por mucho que el usuario se queje; pero las condiciones de trabajo no mejoran, los incentivos son pocos, la falta de personal es evidente; y como he dicho al principio, la desgana es cada vez más generalizada.
1 comentario:
Aii!! Si es que... quí te manava a tú fer això!!! Bueno, almenys has aprés la lliçó: treballar perjudica la salut... igual que l'esport!! Jajaja.
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