Chipre...

En 1191 Ricardo Corazón de León, uno de los reyes más conocidos de la historia, aunque sea por el nombre y por sus leyendas, conquistó la isla de Chipre, y después de algunas transacciones acabó en manos de Guy de Lusignan. Este noble de origen francés, fundó un reino cristiano y después de muchas luchas y pleitos dinásticos, los Lusignan, heredaron los derechos al reino de Jerusalén y más tarde al de Armenia. El reino de Chipre acabó siendo el último vestigio de las conquistas de los cruzados al desaparecer en 1489, año en que fue incorporado a las posesiones de la Serenísima República de Venecia, por cesión de su última reina, Catalina Cornaro, de linaje veneciano.

La imagen que incluyo son las elegantes y bien distribuidas grandes armas del reino de Chipre. Cuartelado en cruz: 1º de Jerusalén. 2º de Lusignan. 3º de Armenia. 4º de Chipre.

¿Nunca os habéis preguntado que hubiese pasado si la historia no fuese como la conocemos? ¿Y si aquel reino de Chipre no hubiese desaparecido como nos cuentan los libros?

Hoy he recibido, con los vientos de Levante, buenas noticias de ese reino insular, no desaparecido como se cree...