Hoy, tras mis 40 días de vacaciones, y después de las primeras 14 horas de guardia, que por cierto, no ha sido mala, transcribo este párrafo de un buen libro que he leído este verano. Ahí va:
-Creo que el grado de aburrimiento, si pudiera medirse, es hoy más elevado que antes. Porque las profesiones de antes, al menos la mayoría, eran impensables sin una apasionada dedicación: los campesinos enamorados de su tierra; mi abuelo, el mago de las hermosas mesas; los zapateros que conocían de memoria los pies de los vecinos del pueblo; los guardabosques; los jardineros; supongo que incluso los soldados mataban entonces con pasión. El sentido de la vida no era un interrogante, formaba parte de ellos, de un modo muy natural, en sus talleres, en sus campos. Cada profesión había creado su propia mentalidad, su propia manera de ser. Un médico no pensaba como un campesino, un militar se comportaba de manera distinta a un maestro. Hoy somos todos iguales, todos unidos por la común indiferencia hacia nuestro trabajo. Esta indiferencia ha pasado a ser pasión. La única gran pasión colectiva de nuestro tiempo.
-Creo que el grado de aburrimiento, si pudiera medirse, es hoy más elevado que antes. Porque las profesiones de antes, al menos la mayoría, eran impensables sin una apasionada dedicación: los campesinos enamorados de su tierra; mi abuelo, el mago de las hermosas mesas; los zapateros que conocían de memoria los pies de los vecinos del pueblo; los guardabosques; los jardineros; supongo que incluso los soldados mataban entonces con pasión. El sentido de la vida no era un interrogante, formaba parte de ellos, de un modo muy natural, en sus talleres, en sus campos. Cada profesión había creado su propia mentalidad, su propia manera de ser. Un médico no pensaba como un campesino, un militar se comportaba de manera distinta a un maestro. Hoy somos todos iguales, todos unidos por la común indiferencia hacia nuestro trabajo. Esta indiferencia ha pasado a ser pasión. La única gran pasión colectiva de nuestro tiempo.
"La identidad" de Milan Kundera
Es un extracto de la conversación entre Jean-Marc y Chantal, su mujer, mientras cenan...
Con algunos pequeños matices, es una explicación magistral de ese sentimiento de indiferencia que, sin duda, todos tenemos hacia nuestro trabajo, sobre todo con el paso del tiempo.
5 comentarios:
Te lo leíste eh? Qué libro..me gustan los libros de Milan....
Por cierto, a ver si pillo tu tlf ON, que te cuente cuándo andaré por tierras valencianas..
Ei!! Les converses d'esta parella sopant són molt paregudes a les que tenim tú i jo quan xarrem pel mòbil, eh??...xD I la veritat és que, per culpa de la societat, tots volem seguir un patró de vida, de conducta,... però encara que ho intentem se'ns veu a cadascú el color que amaguem baix la disfressa... qué collons, llevem-nos-la d'una **** vegada i anem en pilotes per la vida!!! Tot ple de colors no??? Clar xD
jerukiti: t'ho esborre perque m'ho demanes tú xDDDD
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