29 de abril de 2009

Monstruos encadenados...

Ahora creo tener más claro lo que hay al otro lado de la cadena… Es una cadena como la que veis. Está escondida en la arena y parece camuflada, y en algunos puntos, es casi invisible. Pero está claro que está ahí. No puedo aflojarla demasiado, porque tiene que seguir amarrando lo que hay en el otro extremo. Realmente es como un cordón umbilical. Me une con aquello que se mantiene en mi interior, oculto…


Imagen: dissortat.

Que no debe salir es un hecho; pero que no hay día que pase sin que yo desee que salga, rompiendo por cualquier parte de mi cuerpo, también lo es. Sin duda, la sensación sería la misma que cuando la masa sebácea y purulenta de un absceso fluye de la carne inflamada y dolorosa en la que se ha formado. Sería una sensación de gran alivio. Pero en mi caso, la herida que provocaría llegaría a un punto de infección tal, que me dejaría demasiadas secuelas e incluso acabar conmigo. (No se me podía haber ocurrido una metáfora más asquerosa, ¿verdad?) xDDD

Bueno, no perdamos el hilo. Como decía, lo que hay al otro extremo de la cadena, se liberaría como un monstruo peligroso, porque lleva muchos años encerrado y deseando salir. Siempre intenta escaparse, y a veces se asoma por mi boca o por mis ojos; pero le temo tanto que tenso la cadena y le hago retroceder a la oscura prisión de mi interior. Es una jaula que nunca fue dorada, y que cada vez está más vieja y deteriorada. No sé lo que durará.

La verdad es que me gustaría que se rompiese la cadena. De un extremo o del otro, o por la mitad, o en mil pedazos, pero… que se rompiese. Y es que da asco estar pendiente del monstruo continuamente. De todas maneras es un deseo vano… Seguiré sujetando la cadena, y no la dejaré romperse. Aunque no sé si podré hacerlo el tiempo suficiente...

8 comentarios:

Maria de EScocia dijo...

...y yo te ayudare siempre a mantener a tu mostruo bajo control, a tu lado o en la distancia, como tu me ayudaste a mi siempre. Tqtma

◊ dissident ◊ dijo...

Habrá que tener más paciencia y me cansa...

Anónimo dijo...

tu no saps que en esta vida no més hi ha que demanar????.I per a que estem les persones que es preocupen per tuuuu????estic ben de segur, que a eixe monstre si tu vols, no li queda de de res.A mes tens a la teua bruixeta particular,que saps que sempre està ahí.Solta´l i a veure que passa.Al bous diuen que es toreja amb capa i espasa.I tu que jo sapia ja tens les eines.Al "ruedo".

Anónimo dijo...

que siiii.Que tens "rejoneadors" per a estar ahí.tirat a la "arena" i de segur que ens embrutarem tots els que facen falta.La xica de les cinc puntes de estrela

◊ dissident ◊ dijo...

Moltes gràcies pels ànims. Ja sabeu que us estime...

Anónimo dijo...

Ttots tenim els nostres monstres més o menys perillosos i és o menys ocults... La llàstima en el teu cas és que no domestiques el mosntre -el drac de sant Jordi- i el faces produir i treballar per a tu...És la millor manera de tindre'l conttolat. I saps que tens a molta gent que t'ajuda i t'estima de veritat, més del que tu creus. Et falta estimar més, també, i deixar-te portar per les coses bones que tens a la vida i que la vida ens ofereix cada dia...

Jerukiti dijo...

Açò de la cadena em recorda en certa manera a aquell conte de l'elefant... no te l'he contat mai? Ais, això em passa per no tindre el meu propi blog, perquè seria una nova entrada xDD
Doncs és un extracte d'un llibre d'en Jorge Bucay. Supose que no te molt a vore amb la teva cadena, però com també té cadenes i la història és bonica... doncs la conte... xDD

Cuando era pequeño, lo que más me llamaba la atención era el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye? Pregunté entonces a un maestro un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: "Si está amaestrado, ¿porqué lo encadenan?" Hace algunos años descubrí que, por suerte, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del cirto no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Estoy seguro que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de todos sus esfuerzos no lo consiguió. Se dormia agotado y al dia siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

◊ dissident ◊ dijo...

És una molt bona història, i apropiada. La resposta és la que va donar aquell savi: "...no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño... Y, a pesar de todos sus esfuerzos no lo consiguió... lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro..."