8 de diciembre de 2008

Penas del purgatorio... (4) Todo es confusión

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Y en lugares oscuros y sórdidos, en días festivos como hoy, escondidos de las miradas ajenas, disfrutábamos, hombre y mujer, en el interior de un coche… Yo pensaba que podría dominar aquella otra situación. Sin duda confiaba demasiado en mi capacidad de raciocinio. Pensé, mientras me recuperaba en el asiento del coche, que nada podía cambiar mi bien cimentado (o eso creía yo) estado de estabilidad del que disfrutaba entonces. Pero no era así. Las cosas ya estaban cambiadas…

Imagen: dissortat.